Estabamos en este pueblo asqueroso, Darchen, y veniamos de vuelta de aquel lugar administrado por suizos…cada vez odiaba mas el lugar. Nuestro guia nos esperaba en nuestro “hotel” para llevarnos a cenar…(adonde????). Resulto ser un restoran bastante bien tenido por una familia tibetana…una segnora y sus 2 hijas. Una de ellas hablaba bastante buen ingles por lo que resulto facil pedir la comida, no hay mucha complicacion en padir un plato de arroz pero se agradece el esfuerzo por una mejor comunicacion. Mientras esperabamos nuestra comida me puse a jugar con el guia un juego muy entretenido, que no recuerdo su nombre en chino pero que en India le llaman “Creampot”…eso creo. Es algo asi como el pool; un tablero cuadrado de madera con orificios en las esquinas. La idea es echar las fichas en las esquinas (es algo asi como el hockey sobre mesa que hay los malles y esas cosas). Y en eso nos entreteniamos hasta que llego la comida.
Conversando durante la cena, con mi tia concluimos que la chica que hablaba bien ingles era seguramente uno de los tantos tibetanos que estudia en India en las Aldeas para Nignos Tibetanos, y que por un sentimiento patriota y por curiosidad vuelven a su Tibet natal.
Mientras jugabamos nuestro guia, Tenzin, fue a una fruteria que habia por ahi cerca a comprarnos unas manzanas. Estas manzanas provenian de alguna region mas bondadosa de China y cuando las probamos decidimos comprar mas, hace dias que no comiamos nada fresco y estaban muy ricas ademas.
Despues de la cena me puse a jugar con mi tio, mientras mi tia conversaba con esta chica. Tsering Deckey era su nombre, se notaba que tenia capacidades intelectuales como cualquiera de nosotros en occidente y que a veces nisiquiera aprovechamos. El problema de Tsering era que su pais habia sido invadido por China hace mas de 40 agnos, y por muy capaz o inteligente que fuere su unica posibilidad era ayudar en el restoran de su madre. La conversacion de mi tia y Tsering termino con un abrazo y lagrimas de impotencia en los ojos de esta chica cuyo futuro ciertamente no estaba ahi, donde lo unico que podia hacer era servir cerveza al borracho de turno.
Esta historia no tiene nada que ver con las manzanas o el juego, se trata de una vida que por culpa de un autoritarismo descarnado, no tiene el futuro que se merece, o quizas si. El punto es la eleccion de hacer con la vida lo que uno quiera y en este lugar ciertamente no hay eleccion.
jueves, 13 de septiembre de 2007
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